En uno de los continuos debates con un lúcido amigo empezamos ha comentar uno de los artículos de César Híldebrandt en el Diario La Primera, llamado ” La hija del ladrón”, en ella Híldebrandt le da con todo a Keiko, a su padre y a los electores que la están poniendo como favorita para ganar las próximas elecciones presidenciales en las últimas encuestas, uno de los momentos más candentes del artículo escribe: “… Este ladrón que robaba en sacos, este asesino que empleaba armas del Estado, este peruano que se hizo japonés para eludir la justicia, este japonés que fingió ser peruano para gobernar, este cónyuge que encerró a su cónyuge cuando ésta lo denunció por robar donaciones japonesas, este resumen de todas las taras yakuzo-peruvianas que uno puede imaginar, es el padre de quien se perfila como la próxima mandataria de la nación (así, todo con minúsculas)…”

Ante esto le comento a mi amigo lo siguiente; “que buena he, bien dado a los estúpidos que quieren votar por ella”, pero este amigo va más allá de este corto y poco trabajado comentario, me contesta diciendo: “Si pues el chato tiene todita la razón, pero esa muchedumbre hambrienta, que sueña con un imperio y una monarquía aquí en pleno Perú Andino, Quiere a su soberano, un monarca, un rey y una princesa directa y de linaje puro, esa horda miserable de peruanos que están haya lejos de la capital, el pueblo puro del Perú profundo como decía Toledo, esa gente, quiere a su chino esa gente a la que tu le das el crédito por su insurgencia violenta en las carreteras, tomando prisioneros a policías, tomando carreteras, dejando hambrientas a otras, quemando y rompiendo cosas, esa gente amigo es la que nos puede llevar al caos por su purita ignorancia, dime lo que quieras, dime que hay que atender lo entiendo, pero la ignorancia es peligrosa y eso lo digo yo”.

Siempre he polemizado con él, por ser tan ácido al momento de referirse a los pueblos Peruanos alejados de Lima, también por su defensa del neoliberalismo, pero hay verdades que no se pueden ocultar, es increíble como la hija de Fujimori sea la favorita de muchos peruanos, a pesar de todo lo que han realizado durante sus diez años de gobierno, que pasa con nosotros, sufrimos de amnesia o somos masoquistas, o es que en el fondo siempre deseamos las dictaduras para ser guiados como corderitos, por nuestra incapacidad y pereza para pensar, por favor, dejémonos de cosas, así es difícil defender y reclamar justicia social.